Crecer siendo emocionalmente compleja te hace vivir acostumbrada a un gran abanico de emociones, nunca pensé que algo me pudiese pillar por sorpresa. Después de vivir planificando mis días por horas, de pronto y sin aviso, me vi sin saber cuál sería mi siguiente paso, y entonces llegó un sentimiento que aún nunca había llegado: me sentí perdida. Hay días que lo siento como algo emocionante (por primera vez, casi no tengo ataduras) y una oportunidad de buscar mi verdadero yo, mi verdadera vocación, lo que me hace realmente feliz y entonces trazar un plan definitivo. Pero la mayoría de días se siente un punto triste, vacío, tremendamente pesado y brutalmente solitario. Es fácil agotar la paciencia cuando todo lo que quieres hacer es saltar. ¿Cómo sabes si estás haciendo todo lo que puedes hacer?

Comentarios

Entradas populares de este blog