Entradas

Mostrando entradas de junio, 2018
Si he dejado de pedir ayuda es porque creo que he dejado de merecerla. Quizás nunca lo hice.
La idea de huir empieza a obsesionarme, es lo único que cabe en mi cabeza las últimas semanas. Sólo quiero salir de mi habitación un día, y de mi mente un año. A veces cansa ser tú. ¿Nunca has querido probar otros zapatos, caminar por otro camino? Quizás por huir, quizás por conciencia. ¿Cómo puedes saber que estás guiando a tu cuerpo por las decisiones correctas si nunca has tomado otras? Sólo quiero saber, conocer. Si sería más feliz a 1000 kilómetros, si me sentiría más yo viviendo con lo puesto, si no me sentiría desubicada en un pasado remoto o en un futuro lejano. Hay que viajar: en el espacio, en el tiempo, en cada una de las dimensiones. Viajar por conocer, no viajar por ambición. Por conocerte a ti conociendo a los demás. Siempre andamos en la misma línea recta, con alguna curva que no planeamos. Qué pasaría si planeásemos las curvas, si nos adelantásemos al destino. Si fuésemos nuestro destino. ¿Nunca te has parado y has deseado con toda tus fuerza estar lejos de ti?

Volar, no vuelo

Si estás a mi lado y escuchas con atención, no te costará oír pequeños crujidos que vienen de mí. Unas veces son imperceptibles, otras son verdaderos estruendos. Y no tiene truco, no lo hago adrede, es que por dentro no soy carne y hueso: soy porcelana. No te das cuenta, y lo has vuelto a hacer. Cada vez son más pequeños, pero aún pueden seguir rompiéndose. Y por algún motivo que la física no explica, un alma pesa más cada vez que se rompe. La energía oscura se transforma en materia pesada. Y ni siquiera hace falta demasiado trabajo.