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Mostrando entradas de mayo, 2017

Ciclos

Como una botella de cristal pisada sin querer, explotando en millones de microcristales casi invisibles, imposibles de volver a juntar. Así me siento bajo la mirada de unos ojos que no saben mirar. Los míos también. Me rompe lo que mi cabeza no sabe apagar, lo que mi mente no quiere o no puede acallar. Explicarlo con palabras es inalcanzable para un mortal, "las palabras no sirven, son palabras". Debería juntar cada trozo para erguirme y salir a correr, pero no puedo correr muy lejos si sigo corriendo conmigo. Debería por tanto dejar los trozos allí tirados y desprenderme de su materia, volar hasta el mundo eterno y descansar lejos de lo mundano. Sin embargo al romper la botella se rompió también su interior, se cristalizó al contacto con el frío exterior en menos de un segundo y se desparramó por el mundo. Se regenera y degenera, en vaivenes continuos, en un "ahora sí" y en un "aún no". Algún día seré libre de ti, de mi, de todos ellos. Algún día mis ojos

Autorecordatorio

Este mensaje es sólo para ti. Sé que volverás aquí, siempre vuelves. No sé si es por narcisismo o por esa necesidad tuya de autoevaluar tu evolución en el tiempo y torturarte porque nada de lo que realmente importa ha cambiado. Quiero que no te olvides de algunas cosas. Si lo que realmente importa no ha cambiado, tal vez es porque no tenga que cambiar. No olvides lo que te define y no quieras cambiarlo, aprende a quererlo. Espero que para tu entonces, esto ya te suene ridículamente obvio. No te olvides de sentir, hay ciertas cosas que realmente te gustan y te hacen sentir en la tierra. Abre el libro de Miguel Hernández por Elegia a Ramón Sijé (espero que aún lo tengas, estés donde estés), huélelo, comprueba que el pétalo de rosa seco no se ha resquebrajado en pedacitos. Escucha a Paco Ibáñez. Date un baño hasta que te arrugues. Sal de la cama. No te pases los días que no tienes que salir por obligación en la cama. no te cierres, no te aísles. La soledad es una fiel compañera pero no