Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2014

Y fue en el eco de una voz...

Imagen
Ese susurro no viene de fuera. Ese susurro, esa voz bajita y agobiante está en mí. Está aquí ahora. No mamá, los monstruos que me asustan ya no viven debajo de la cama, ni siquiera en el armario. Ahora viven en mi cabeza. ¿Los oyes? ¿Los oyes tú también? Repiten lo mismo, una y otra vez, cada vez más pesado, cada vez más intenso. No, esa voz no habla con palabras como nosotros las conocemos. Esa voz nos susurra qué hacer en cada momento sin necesidad de tener una lengua. Pero ahora que se ha apoderado de mí cabeza, dime, ¿cómo me desahogo de esos insultos?  "Deja de repetirlo. Ya sé que no soy suficientemente buena. Ya sé que no merece la pena seguir viviendo. No, esta vez no te voy a hacer caso. ¿Qué quieres que haga con ese sacapuntas? Prometí no volver a hacerlo. No grites. Déjame en paz. Me da igual lo que la gente piense de mí. Estoy orgullosa de lo que soy, no me importa. ¿Qué pasa con el espejo? Me da igual lo que diga la báscula. No... déjame dormir. Cállate, ¿quieres? Es

Agobio, angustia, fatiga, desgana.

No tengo ni un respiro. Qué cuesta arriba se hace este invierno, eh. Este invierno o este infierno, ya ni lo sé. Porque este vacío infernal da un frío que ni en invierno.  He vuelto a perder el rumbo. No sé qué camino siguen mis pasos, ni sé si quiero seguir caminando. Estoy perdida en mi soledad. No sé si merece la pena seguir así. Y ese "no sé" es en un gran porcentaje un "no". Y es que volvemos a lo de siempre. Las malas historias siempre se repiten. Es tanto lo que se me acumula. Y por dónde empezar... Estoy cansada de todo. Una desgana me invade y por ella me abandono a la nada. El vacío trae consigo más vacío. Una de las cosas que más me cansan, es cómo la gente me idealiza. No, no soy eso que se ve. No sé cómo exteriorizar lo que soy. Yo solo puedo ser yo misma con palabras, y nadie parece querer escucharlas... Tal vez sea un poco niñata, no sé lo que quiero. No tengo claro cómo soy, pero no soy eso que veis y decís de mí. No, no soy todo orgullo. No soy