Aún no he identificado de dónde viene la calma que me da mirar el mar, si será el horizonte o si serán las olas, incluso he llegado a pensar que no existe una respuesta lógica y me gusta la idea de algo que se escape a mi control, que venga tan adentro. Pero cada vez que estoy frente al mar lo siento como una verdad absoluta y nada importa más. Las cosas deberían ser así, son cuestiones, sólo sintiendo.

Comentarios

Entradas populares de este blog