Me he acostumbrado a guardar todo para mí porque nunca me arrepentí de hablar de menos, pero cada vez que algo se queda dentro se vuelve más pesado y empiezo a sentir que cada movimiento es más lento y requiere más esfuerzo. No creo que merezca la pena tanta carga. Pero quizás es de esas cosas que debes pensar antes, como un salto al vacío. No hay nada que hacer cuando estás en caída libre.

Comentarios

Entradas populares de este blog