Siempre me ha gustado el otoño porque el mundo cambia de color. Deja de estar siempre presente esa luz fulminante que hace que todo parezca claro pero que en realidad no te deja ver. Se apaga una luz ajena y el mundo muestra la suya propia. Una luz más tenue pero más pura, más llena de color. Aunque hace más frío el mundo se siente más cálido. Todo cambia. Y eso estoy haciendo yo.

Comentarios

Entradas populares de este blog