He sentido temblar mi alma y muchos crujidos que no sé de dónde proceden. Hay rincones de mí que olvidé que existían porque estaban durmiendo en una nube de sueños. Ahora hay un llanto que los despierta.
La paz es un nudo que siempre vuelve a enredarse, y tú lo desenredas con la delicadeza de quien desnuda una flor
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