Ahora que las palabras están vacías de sentido, lo que guía mi ánimo es hacia dónde gira tu cuerpo, tus huellas en la arena, el aire que mueves al moverte. Ya no sigo tu voz, sigo tu camino.
La paz es un nudo que siempre vuelve a enredarse, y tú lo desenredas con la delicadeza de quien desnuda una flor
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