Sin fuerzas y con el corazón roto por motivos que jamás me atreveré a desvelar, hecha un nudo en un cojín, así me encontrarás siempre, a pesar de que quiero salir de muy adentro y olvidarme de tanto, y correr.
La paz es un nudo que siempre vuelve a enredarse, y tú lo desenredas con la delicadeza de quien desnuda una flor
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