Ya no hablamos de lo que importa, porque lo que nos importa nos da miedo. Aniquilamos lo que nos asusta, porque sabemos que es nuestra verdad.

Hace tiempo que empecé a notar cómo se desgastaba mi verdad, como si cada día una lija invisible retirase capa tras capa mi piel de piedra. No lo paré. Ahora estoy siempre armando un puzzle. Me hago una bola con lo que no es realmente importante sólo para practicar antes de deshacer este enredo de pensamientos que he ido guardando en rincones, debajo de las alfombras, en cajas dentro de cajas de cajones dentro de otro cajón más grande. No quiero salir de este escondite, pero quiero. Quizás ya no puedo.

Comentarios

Entradas populares de este blog