El límite es el tiempo, y cómo lo distribuyes. Lo sabes, lo entiendes, siempre te lo han dicho.
Lo que no te dijeron es que las opciones se van excluyendo mutuamente entre sí, y si un día decides restar un cuarto de día a una tarea para dártela a ti, en el futuro el número de opciones se reduce.
Y crece en exponencial, dejándote con el único camino que tu mente es capaz de seguir, porque la angustia de lo que pudo haber sido genera una ansiedad en una parte de tus entrañas que no sabías ni que existía, haciendo de tu cuerpo el objeto más pesado del mundo que se ancla en el pasado y en el centro de la cama y no puede moverse en el espacio ni en el tiempo.
Pero, ¿quién te lo iba a decir? ¿Quién iba a explicarte algo que no es real hasta que no lo sientes? ¿Cómo explicas lo que es sentir el vacío, la pesadez de lo que nunca ha existido?

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