Veo los días consumirse frente a una pantalla de ordenador o unos folios escritos. El mundo fuera cada vez me parece más extraño, más ajeno, más lejano y más difícil de entender. Yo tampoco quiero estar aquí. No quiero escribir esto en un teclado en mi habitación de siempre, quiero gritar al viento, quiero hablar con alguien que me escuche, quiero andar para descubrir no por tener un sitio al que ir.

Los días me parecen una noria. Un día todo tiene sentido por pura inercia y al día siguiente vuelvo a estar en los bajos de un mundo que nunca me gustó. No puedo bajarme y sólo zarandeo la baranda gritando que pare. Me siento atrapada, esperando un cambio que no llega, porque el cambio que quiero no existe.

¿Alguna vez tendré la fuerza de huir?

Comentarios

Entradas populares de este blog