Cada vez que me cruzo con una persona pienso: ¿cuáles serán sus secretos? No quiero saberlos para usarlos a mi favor o en su contra, ni siquiera por el placer del conocimiento o por pura curiosidad. Que alguien te cuente lo que oculta en el fondo de sus pensamientos, lo que le atormenta en las noches que no puede dormir significa que pone su debilidad en tus manos y que tú puedes hacer con ella lo que quieras, porque sabe que lo único que harás es cuidarla e intentar que se haga más pequeña y tú más fuerte. Hablar de lo que nos atormenta nos hace humanos y hace nuestro dolor más real.

No todo el mundo confiará en ti. Quizás nadie lo haga nunca, quizás sin motivo. Pero si alguien alguna vez lo hiciese, ojalá saber convertir en polvo sus miedos, soplarlos lejos y hacerle sentir que todo va bien. Ojalá alguna vez yo también confiase.

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