Ahora quiero dejar de sentir. Arrancarme el corazón de cuajo, salir de mi cuerpo y observarme de lejos, como un fuego que se apaga pero aún es todo humo. No quiero ser consciente de que yo soy las llamas. Sólo quiero hacerme de piedra, ser una estatua.
La paz es un nudo que siempre vuelve a enredarse, y tú lo desenredas con la delicadeza de quien desnuda una flor
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