Es difícil encontrar un equilibrio en el que te valores sabiendo que no eres especial, que no eres diferente al resto, que también eres prescindible, que el lugar que ocupas es el hueco que dejó otra persona, que no sabes hacer mella. Es fácil decir "quiérete" y es fácil decir "te quiero", pero es imposible sentir que las cosas son reales cuando solo vas dando tumbos entre el ayer y el mañana. Y cómo duele intentar valorarse cuando no vales más que lo que fuiste ni valdrás más mañana, cuando solo eres un grano más en la montaña. Al final solo recojo fracasos aunque siempre mil ilusiones, y se ve que soy la excepción que confirma los refranes. Voy a sembrar tempestades a ver si me llueve y florece algo aunque sea las ganas de irme.

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