Y es que manda narices, no poder llorar por miedo a que pregunten el por qué. Y ni siquiera les importa, no les importas una mierda. Solo quieren saber que estás mal porque nada alimenta más su ego. Y a los que sí les importa, te hacen sentir culpable de tus propias lágrimas cuando ellos mismos son los que las causan.
Hay lágrimas que ya nos siguen su curso ni pertenecen a ningún caudal, simplemente se desborda cuando no hay fuerza que las contenga. Ni nadie que las mire.

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