Un dolor me coge el pecho y de pronto sólo tengo ganas de llorar. Como si algo no fuese del todo bien. Como si nunca fuese a calmarse la marea. ¿Y si soy yo la que se está equivocando con creces? No puedo dejar que nadie me robe la palabra ni las ganas de hablar, no eres nadie para hacerme sentir anulada. ¿Por qué iba a dejarme ser una marioneta a estas alturas?

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