Contradicciones.


Qué aburrida sería una vida con sentido. Empezar un camino y saber dónde acaba es lo más triste que podría pasarnos.
Prefiero una vida llena de baches e incongruencias.
Te quiero también a ti así, sin sentido, sin orden lógico, sin preferencias.
Sería demasiado aburrido saber quién somos desde ya, y conocernos, y conocer nuestros pasos. Nunca conocemos a nadie y eso es lo que hace la vida más interesante.
No tener sentido le da sentido a todo esto.
Ojalá nunca lleguemos a razonar ni encontremos la manera perfecta y exacta de conocer todo lo que nos rodea.
El día que dejemos de emocionarnos, de preguntarnos el por qué de las cosas y asombrarnos con las contradicciones infinitas, ese día empezaremos a desaparecer.
No somos infinitos ni somos perecederos. Tal vez ni siquiera seamos.
¿A quién no le encanta compartir la soledad?
Es la locura la que nos hace estar cuerdos.
Es la tristeza lo que nos enseña a ser felices.
Todo este baile de contradicciones y sinsentidos me eriza la piel, me hace libre, me pone alas. Alas sin ser pájaro, mariposa o cucaracha. Llamamos metáfora a lo que en realidad es vida, mentiras innecesarias. Intestinos revueltos y curiosidades varias.
Sentíos libres sin un motivo, sin un por qué.
Desplegad las alas y alzad el vuelo, cerrad los ojos y estamparos contra el suelo.
Cuando las paradojas recorran vuestras venas, ¡sentíos vivos! Dad las gracias y empezad a vivir más intensamente cada segundo.
Que nadie os diga nunca cómo, cuándo, dónde, con quién, sin quién, por qué o por qué no.

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