Pérdida (de tiempo).

Perder el tiempo en alguien que creías que te entendía de verdad, y cuando te alejas dos centímetros vuelve grises sus palabras hacia ti.
¿Sabes cuántas veces he escuchado decir que sólo quiero llamar la atención? ¿Que mi vida gira entorno a una gran mentira? ¿Que no sé ni lo que quiero? Miles. Cientos de miles. Y hasta llegué a creerlas y eso me hizo estar peor en aquellos momentos. Pero llegabas tú y me hacías sentir que todo estaba bien, que todo era mi mente, que podría con ellos y con todo. Y ahora tú me gritas esas cosas en silencio.
¿Has olvidado que yo soy de las que saben usar los ojos? No puedes esconderme nada. Todas esas cosas que a ti misma te ocultas a mí me las enseñas, me las subrayas con amarillo y me pides de rodillas que las mire. No puedes escapar.
Pero no me duele nada de lo que pudieses decirme porque te equivocas, te equivocas como en casi todo lo que haces y no quieres darte cuenta. Y te equivocas por esos aires de superioridad que has adoptado, que no son todos.
¿Recuerdas cuando decías que nunca conocemos del todo a la gente? Tú nunca has tenido ni idea de lo que soy.

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