No, o tal vez sí.

"...No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe... No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma. No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música. No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo. No te enamores de una mujer intensa, lúdica, lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, JAMÁS se regresa..." 


No dejes que alguien que escribe se enamore de ti, porque hará de tu persona un mundo que jamás creíste conocer, convertirá cada uno de tus lunares en un verso y nunca saldrás de la literatura. Cuando formas parte del mundo de una persona introvertida ya no vuelves a ser tú, pasas a ser ella, sus inquietudes desembocan en tu cuerpo y te conviertes en una más. Entregarte a un poeta es perderte en un bosque de árboles grises que no tiene salida. Tampoco te enamores tú de él, porque ya no podrás desprenderte de ese pedazo de mundo que antes no conocías. ¿Merece la pena regalar la inocencia a un planeta tan efímero? La merece... Ahora olvida todo lo que has leído hasta el momento.
Enamórate de alguien que escribe, de alguien que tiene inquietudes, que se interesa, que pregunta, que no para, que lee, que ríe, que llora, que sueña, que siente, que ama. Enamórate de alguien así porque con cada palabra te hará morir un poquito, y solo las cosas que nos matan nos hacen sentir vivos. Quédate con quien te haga sentir lo que tú jamás te imaginaste, con quien haga de cada momento un mundo nuevo y nunca se estanque. Enamórate de quien sea feliz estando triste y no se canse de experimentar con la tristeza. Enamórate de quien no te diga nunca que te quiero pero te lo demuestre besándote con versos. Quédate con quien te enseñe cosas nuevas y te haga crecer por dentro. Esas son las personas que merecen la pena, las que dejan huella y saben que la dejan y pisan fuerte para dejarla. Olvídate de si tiene los ojos negros o verdes, porque lo único claro es que los tiene del color con el que se sueña y eso es todo lo que a una persona le hace falta. Enamórate de ella si sabe pintar los chubascos de lila y el cielo de azul pastel sin que cese la lluvia, si le gusta el té caliente y muy amargo, si sabe besar con cada centímetro de su cuerpo y abrazarte a mil kilómetros. Enamórate de quien haga los silencios un momento agradable y no una pesadilla incómoda.  Y, sobretodo, no dejes escapar a una persona que gima con un solo de guitarra de Jimmy Page...

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