La soledad es inexistente.

Cuando te sientas más solo, recuerda que no lo estás. La soledad te acompaña en esos momentos y, aunque suene paradójico, es nuestra infiel más fiel. En esos momentos de odio hacia la ausencia la desesperación nos inunda y el fracaso nos acecha, pero solo son vagas ilusiones que nuestros demonios inventan para vernos tropezar y caer. Siempre hay alguien a tu lado y solo tienes que mirar un espejo si quieres hablar con él. Jamás nadie permanecerá a nuestro lado si no sabemos estar con nosotros mismos. No te preocupes por lo que la gente pueda quererte y quiérete tú, aprende a vivir contigo y a valorar tu propia compañía porque, lo quieras o no, tú estarás contigo siempre y el resto de la gente es solo el aire que se mueve a tu alrededor. En el transcurso de tu vida la gente irá y la gente vendrá, pero tú estarás ahí contigo mismo en todo momento. Quieto, inmóvil, paciente. Aprende a querer a ese del espejo, habla con él y cuéntaselo todo, mírale a los ojos y sonríele. ¿No entiendes que si tú no quieres estar con él nadie querrá hacerlo? Si tú no mantienes a ese del espejo contigo, se alejará y se alejarán todos los demas. Dime, ¿qué soledad prefieres?

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