Despedidas.

Hay que saber decir “adiós”, aunque te dejes media vida en ese susurro y lo hagas sabiendo que nada volverá a ser igual. Hay que saber pasar página aunque en ella estén los versos más preciosos que tus labios jamás han pronunciado. Hay que aprender a dejar a un lado los buenos momentos para que otros mejores vengan, aunque esos mejores no sean ni la mitad de buenos que los peores, porque nunca son igual… Hay cosas que no se repiten, pero hay que dejarlas ir. Vivir con dinamismo y aprender a cambiar. No estoy diciendo que sea fácil desprenderte de una parte de tu vida, dejar que todo se desmorone a consciencia y no morir en el intento. A mí jamás me fue fácil. ¿Qué opción nos queda? Por mucho que duela, que moleste, que nos joda, las cosas se acaban y el tiempo pasa. Mañana no será igual que ayer, y el presente ni existe
.
Y ahora, me quedaría aquí escribiendo, encontrando mi paz. Alargaré este susurro hasta que tenga las fuerzas suficientes para decirlo. Alargaré el bienestar encontrado hasta el momento en que pueda y quiera despedirme. Pero ya veis que no es fácil.

A veces los momentos duros son más felices que los fáciles.

Pero también hay que saber alejarse…

Adiós.

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