Adicciones.

Hay veces, que nos sentimos atrapados por algo que nos gusta, que nos engancha. Es como una red de placer que nos envuelve cada vez que lo tenemos. Y, cuando no lo tenemos, ansiamos ese algo y esa sensación.


Es lo que me pasa contigo.


Nada más irte, ya te estoy echando de menos. Cada vez que te tengo, te necesito más y más cerca. Poner mi mano en tu pecho y sentir tus latidos acelerar. Susurrarte bajito para que nadie sepa lo que estamos tramando. Me siento en una nube cuando tengo tu rostro pegado al mío. Y si no lo tengo, lo necesito, lo echo en falta. Sé que es una adicción porque no puedo realizar mi vida normal si pienso en tus manos. En tu pelo. En tu olor. En tus ojos. Joder, tus ojos… Me convertí en tu yonki. Yonki de tus caricias; cada vez necesito más y más, la dosis que me dabas hace una semana no me sirve hoy, necesito más. Y sé que me acabarás matando, pero aún así, quiero conservarte. Eres esa droga buena, ese veneno dulce que te mata, pero que te da la muerte más placentera.

Comentarios

Entradas populares de este blog