Ideas por el camino.

Tomar el camino correcto es esencial para llegar a cumplir nuestras metas. Y hay que saber escoger ese camino, sin errores. 
¿Cómo coger ese camino y andarlo sin torcerse? Con ideales. Son nuestros ideales los que constituyen los pasos que damos, y la confianza que tengamos en ellos los que nos da seguridad para llegar al final sin torcernos. Debemos tener ideas y confiar en ellas, pero no deben ser ellas las que den los pasos por nosotros. Nuestra ideología no debe ser más que el conjunto de lo que somos, y hemos de escoger nuestras ideas tras reflexionar sobre cuáles son las que más nos convienen. No podemos escoger una forma de vida sin cuestionarla, porque sí, porque entonces ya no viviremos; estaremos esclavizados a una forma de vida y de ser que no es la nuestra. Y este error es más común de lo que pueda parecer...
Según mi forma de pensar, lo mejor es andar por el camino sin vacilar ni un momento e ir adquiriendo las ideas conforme se avanza. Si hay una piedra en el camino, elegir qué hacer con ella; apartarla. Pero no porque nadie nos diga que hay que apartarla, si no porque tras reflexionar, llegamos a la conclusión de que apartarla de nuestro es la única manera para poder avanzar. Y entonces ahí recogemos una idea: quitar de mi camino lo que no me conviene, lo que me impide llegar a mi meta. ¿Y si una piedra se resiste? Sabemos que hay que quitarla, por tanto, lucharemos por ella. Porque queremos un camino limpio, pero para ello hay que quitar los obstáculos.
Avanzar y avanzar, esa es la vida. Pero hay que tener en cuenta una serie de factores que hagan esto posible: qué ideas tomaremos, cómo nos han de influir, cuál es mi meta. 
Jamás escojas nada sin plantearte el por qué. 
Que tus ideas no formen tus pasos, que tus pasos por el camino de la vida formen tus ideas.

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