Retos y obsesiones.

Un camino de diez mil kilómetros, empieza por un solo paso.
La mejor manera de llegar al final del camino es avanzando sin pararse. Jamás obsesionarse con llegar a la meta, porque así solo se hace más pesado. Disfruta el camino y cada uno de tus pasos.
Siempre fui muy ambiciosa. A veces demasiado, sin ningún tipo de equilibro. Siempre quería más, y eso está bien. Pero no lo quería. Lo necesitaba. Y en ese momento. No entendí que lo mejor de los retos no era conseguirlos, sino esforzarse por cumplirlos. Ese ha sido siempre uno de mis mayores problemas. No tengo paciencia y me doy por vencida muy fácilmente. Pero de los errores se aprende y lo estoy corrigiendo. Ahora soy capaz de decidir qué quiero hacer, por qué quiero hacerlo y cómo lo voy a hacer. Sin prisas, ni pausas. Por mí y porque quiero. Sin obsesiones.
No volveré a encadenarme. He pasado página, y llegaré a mis metas.

Comentarios

Entradas populares de este blog