Montaña rusa dentro de un pozo.

Desconozco quién soy a ratos y creo conocerme mejor que a nadie a veces. Lloro de tristeza, lloro de alegría. La vida son etapas, ¿no? En mi caso, etapas de décimas de segundo. De lo más alto a lo más bajo por el más mínimo roce y en menos de un segundo. La cuesta se hace pesada y no logro mantenerme arriba, el descenso es instantáneo y marea. Soy un pasajero en la montaña rusa que es mi vida, y parece que la atracción no parará nunca. Los primeros minutos disfrutas de esa explosión de sensaciones, pero al final te mareas. Todo el mundo necesita equilibrio llegado un momento. No puedo seguir sintiendo que nada me derrumba y de repente romper a llorar. Necesito mantenerme.

Comentarios

Entradas populares de este blog