Sociedad insensible.

Yo no elegí cuándo nacer. Ni dónde nacer. Pero, de haber sabido las circunstancias en las que me encuentro, no habría elegido ni este momento ni este lugar.  La sociedad que me rodea desconoce el significado de la palabra "empatía". Nadie parece preocuparse por nada ni nadie que no sea él mismo y su poder. A nadie le importa que la gente se muera del asco. El amor dejó de ser una necesidad del alma para ser solo un capricho hace mucho tiempo. 
El dinero, el poder, la fama, el éxito; esos malditos que todo lo mueven y han hecho que vivamos como vivimos, en un mundo insensible. Todo se mueve por y para lograrlos sin importar quién salga perjudicado. 
Este mundo de humanos es tan inhumano... La gente se olvidó de la filantropía. 
Si el amor moviese el mundo no habría guerras, no habría crisis, no habría dolor. 
Nosotros los humanos podemos hacer la vida la mejor de las aventuras jamás vividas, podemos hacer que el camino de la vida sea ameno y agradable para cada uno de nosotros... pero perdimos el rumbo. Ya no hay vuelta atrás. Un muro de insensibilidad nos separa a los unos de los otros. Un muro hecho de avaricia y de codicia. No nos importa lo que hay al otro lado. Solo queremos continuar el camino y llegar a la cima. Pero, ¿de qué sirve llegar solos a lo más alto? ¿de qué sirve estar en la cumbre del mundo si no tienes con quién compartirlo? A veces creo que la gente ha olvidado lo que es una sociedad. El ser humano en un ser social que necesita el afecto de los otros humanos que lo rodean para desarrollarse. Una persona sola jamás será una persona. Y por eso, a día de hoy, veo muchos humanos por todas partes... pero casi no veo humanidad. ¿Qué va a ser de nosotros? ¿Qué va a ser de esta especie? Ojalá fuera verdad eso de que el ser humano es un ser inteligente. No, no somos inteligentes. Tenemos conocimientos. Pero esos conocimientos nos han hecho duros, fríos e insensibles. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. No pretendo quitar mérito a la ciencia ni a las tecnologías, que tanto nos han dado y tanto nos dan a diario. El problema de la raza humana son los humanos. No sabemos aprovechar nuestros avances. Todo lo que avanzamos parece hacernos retroceder. Y es que estoy segura de que cuando no existían teléfonos móviles y la gente se miraba a la cara para hablar, tenían más conciencia de lo que es sentir. 
Ojalá algún día el mundo sea capaz de encontrar el equilibro entre los conocimientos y los sentimientos. Ojalá algún día la gente vuelva a amar. Ojalá algún día logremos retomar el fascinante camino de la vida...
Pero, mientras tanto, solo nos queda luchar. Luchar por cambiar todo aquello que no nos gusta. Todo está patas arriba... Y, aunque no nos dejen, lograremos ponerlo derecho. 
Mi consejo es: AMA. Aprender a amar el más importante aprendizaje de toda tu vida. 
Cuando aprendas a amar, te dolerá lo que hace daño a lo que amas. Y cuando algo te duela, lucharás por cambiarlo y mejorarlo, y es que si algo no te duele no lo vas a querer cambiar. Y solo así, seremos capaces de conseguir un progreso real. Progresaremos como personas, de una maldita vez. Ya que el progreso que estamos viviendo no es un progreso, es un retroceso que nos convierte en máquinas que no saben sentir.

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