Comienzos.

Arrancas. Y como todo en un principio, tienes esperanza. 
Esperanza. Esa dulce sensación, esa hermosa palabra, ese color verde en todo lo que te rodea. Si tienes esperanza tienes una bomba explosiva de posibilidades a tu alcance. Nada ni nadie te supera.
Cuando tienes esperanza sientes que hasta el cielo negro estará azul en apenas un segundo. Puedes con todo. Tienes ganas de emprender un camino porque sabes que llegarás al final seguro, y que ese final será la felicidad tan ansiada desde un primer momento. La esperanza es el punto de partida.
Pero, ¿qué pasa cuando la esperanza se acaba? A veces se agota. Sin decir nada más, un día se va. Y te deja a medias. Se lleva todas tus ganas, tus ilusiones y tus alegrías. El mundo se te viene encima y no tienes más fuerzas para seguir. Entonces, ¿qué? ¿Qué pasa entonces?
Cuando la esperanza se termina, tienes que buscarla donde no la hay. Volver a creer que. en algún momento, todo esfuerzo dará resultado.  
La esperanza se va. Pero tu camino sigue.

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